El elefante Dufi
tiene la trompa torcida.
Un día que se enfadó
la trompa se le dobló.
Con la trompa para un lado
no la puede manejar,
habrá que buscar a alguien
que se la pueda arreglar.
El señor veterinario
se la puede enderezar,
haciéndole cosquillitas
lo piensa solucionar.
Al entrarle tanta risa
la trompa se le movió
y así fue, de esta manera,
como todo se arregló.
Ahora Dufi, el elefante
ya puede desayunar
un vaso lleno de leche
y después quiere otro más.
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