La mona Ramona no tiene rabo,
porque el elefante se lo ha pisado.
Estaba distraído y no lo pudo remediar,
pues iba caminando y miraba hacia atrás.
-Sin mi rabito querido no me puedo columpiar.
Me apuntaré al gimnasio
y allí voy a practicar.
Ahora la mona ya se puede columpiar.
Con sus manos y sus pies,
de rama en rama ella va.
Me apuntaré al gimnasio
y allí voy a practicar.
Ahora la mona ya se puede columpiar.
Con sus manos y sus pies,
de rama en rama ella va.
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